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Carlos A. Martinez

Adiós a Metros, pero sigue la polémica

Adiós a Metros, pero sigue la polémica

La nueva estructura de la 52 Serie Nacional no se ha puesto aún en marcha y desde su convocatoria oficial continúa levantando comentarios a favor y en contra, acompañado por el adiós definitivo a Metropolitanos, algo que se veía venir con justa lógica.

Lejos de tomar partido o no sobre la propuesta para la venidera temporada, hay que partir de lo agujerada que estaba la anterior fórmula de competencia, criticada hasta la saciedad y en la cual solo salían a flote los esperados play off, una suerte de “hada madrina” que a ratos hacía olvidar las penas de 90 largos partidos para los 16 conjuntos emplantillados.

Quizás no sea perfecta la estructura de 45 juegos iniciales en una ronda de todos contra todos y una segunda etapa de 42 pleitos más entre los ocho mejores, con el cierre de play off para semifinales y final, pero nadie puede negar que representa una clara combinación entre representatividad y calidad en un único torneo, pues económicamente, por el momento, no pueden volver las otroras Series Selectivas.

La salida de Metropolitanos —quizás lo más polémico para los capitalinos— era evidente y voté hace mucho por ella, a pesar de la historia de las tres décadas en nuestro pasatiempo nacional (desde la edición 14 hasta la 51). Haberse convertido en sucursal de Industriales y perder identidad y resultados por eso, los convirtió en el “patico feo” cuando pudieron haber sido “reyes indiscutibles”.

Quizás a dos temas si haya que buscarles solución muy pronto y discutirlo en el venidero Congresillo de la Serie Nacional, antes de darse la voz de “A jugar” el 25 de noviembre. ¿Qué pasará con los más de 200 peloteros que dejarán de jugar el 3 de febrero por no haber clasificado sus equipos para la siguiente fase? ¿Cómo serán escogidos los cinco refuerzos que ha impuesto la Comisión Nacional para cada una de las ocho selecciones que avanzarán a la disputa del título?

El comienzo de la Liga de Desarrollo a la par de la segunda etapa de la Serie Nacional con los ocho conjuntos rezagados puede ser una solución perfecta para que la pelota no muera en esos territorios y sigan jugando muchachos que tal vez al próximo año estén envueltos en la cima de los ochos primeros.

En cuanto a los refuerzos —otro asunto en el que los criterios se dividen mucho— no considero que sea perjudicial ni que implique un demérito para una provincia ganar un campeonato con tal o más cual jugador. Para los que gustan de comparaciones, en el fútbol, baloncesto y béisbol profesional existen desde hace muchos años y la calidad, sin dudas, aumenta.

Ahí no radica la esencia, sino en cómo escogerlo. Voto porque no sea una camisa de fuerza el número de 5, sino que le den libertad a los mánagers para un rango de 2 a 5, en dependencia de sus intereses. Eso obligará también a un mayor rendimiento de los jugadores de su nómina, pues para subir a los nuevos integrantes, tendría que bajar la misma cantidad, ya que la cifra de 32 peloteros por equipo es inalterable.

Insisto, la estructura por sí sola y su feliz desenlace o no es solo una parte del problema. De nada valen cambios en la cúspide si los cimientos andan mal, como tampoco podemos obviar que en cada paso dado está en juego no solo una serie de béisbol, sino la pasión sociocultural más grande de este país.

 

Fuente: Cubasi.

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